En primer lugar hemos de aclarar que el xilitol en cualquiera de sus presentaciones no sustituye las técnicas convencionales de higiene oral, sino que lo vamos a considerar un potente coadyuvante!

El xilitol proporciona una gran defensa frente a la caries por varios motivos:
Las bacterias de la placa dental, que se alimentan de restos de alimentos para generar caries, especialmente metabolizando azúcares, no pueden metabolizar el xilitol, por lo que no son capaces de reproducirse y mueren.

Si a esto le añadimos que reduce la acidez de la saliva y que impide que las bacterias se adhieran al esmalte, parece que estamos hablando del aliado perfecto.

A mayores, el xilitol estimula la producción de saliva ayudando mantener el esmalte fuerte y aliviando las molestias ocasionadas por la sequedad bucal, sobre todo en aquellos pacientes que ven disminuida la cantidad o calidad de su saliva como consecuencia de enfermedades o tratamientos cómo los ansiolíticos o los antidepresivos o incluso en mujeres con alteraciones hormonales.

Contiene menos calorías e hidratos de carbono que el azúcar.

Encontramos grandes beneficios en pacientes diabéticos dado que el xilitol se metaboliza de forma más lenta que el azúcar.

Además, en contiene muchas menos calorías e hidratos de carbono que este.

En relación a la cantidad de ingesta recomendada de xilitol, se encuentra entre 6 y 10 gramos al día, suficiente para prevenir las caries, aunque las personas con boca seca pueden necesitar más. Con un límite de 45 gramos en niños y 100 gramos en adultos, por encima de estos valores puede tener efecto laxante u producir diarrea y gases. Ojo con niños pequeños que puedan atragantarse con chicles o caramelos.

El xilitol, puede consumirse de muchas maneras, cómo edulcorante para bebidas, postres, etc en forma de caramelos, chicles, pastas de dientes, geles hidratantes y enjuagues bucales.